Una pluma de nueve gramos fue vendida en Nueva Zelanda por 46.000 dólares neozelandeses (28.365 dólares estadounidenses), estableciendo un nuevo récord mundial. El objeto pertenece a un ave extinta conocida como huia, cuyo último ejemplar fue visto a comienzos del siglo XX.
El huia era una especie endémica de Nueva Zelanda. Sus plumas fueron utilizadas como adorno por jefes maoríes y, con la llegada de los europeos, pasaron a ser objeto de colección. Esa demanda comercial contribuyó a su desaparición definitiva.
La casa de subastas Webb’s informó que la pieza superó en casi diez veces el precio estimado. La responsable del departamento de artes decorativas destacó el estado de conservación: sin daños, con el color intacto y una textura que sigue desafiando el paso del tiempo.
El mercado de objetos imposibles se amplía con rapidez. Tras la subasta, varios coleccionistas consultaron si habría futuras oportunidades para adquirir otros restos de especies extinguidas, como si el planeta fuera una tienda con ediciones limitadas.
El Ministerio de Medio Ambiente neozelandés emitió un comunicado recordando que la venta de plumas contemporáneas de aves vivas sigue estando sujeta a regulaciones. El comunicado no precisó si también contempla futuras pujas por el aire respirado por los últimos huias.



