Más allá de que el objetivo primordial de Lanús está puesto en la gran final de la Copa Sudamericana del próximo sábado ante Atlético Mineiro, el conjunto de Mauricio Pellegrino también tiene el frente abierto en el ámbito local. Luego de quedar segundo de su zona, ahora enfrentará a Tigre en los octavos en Cabrero y Guidi, y jugar de local es uno de los puntos positivos del Granate en este semestre. Allí jugó ocho partidos, de los cuales ganó seis (los últimos cinco de manera consecutiva), empató uno y perdió solo en el primer encuentro en casa cuando cayó ante Rosario Central con un polémico penal cobrado por Andrés Merlos. Debido a quedar segundo en la Zona B jugará octavos y cuartos si llega a esa instancia en su estadio. El Granate vive horas de mucha ilusión por estar cerca de gritar campeón luego de ocho años y por tratar de consagrarse en el plano internacional después de caer en tres finales continentales como la Recopa 2013, la Suruga Bank 2014, la Libertadores 2017 y la Sudamericana 2020. Esta vez Lanús quiere pisar fuerte ante Mineiro y conseguir su octava estrella. Sus hinchas coparán el Defensores del Chaco en búsqueda de una alegría que es tan ansiada como necesaria en la institución del sur de la provincia de Buenos Aires.
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