Estudiantes de La Plata cerró este viernes una de las semanas más calientes del año y emprendió viaje a Santiago del Estero para enfrentar esta noche, desde las 21.30, a Central Córdoba por los cuartos de final del Torneo Clausura. El plantel dejó atrás el Country entre un clima de guerra abierto con la AFA, que desató una tormenta institucional sin precedentes a menos de 24 horas de un duelo decisivo.
En lo estrictamente deportivo, Eduardo Domínguez volvió a mover piezas y la noticia más fuerte es el regreso de Santiago Ascacíbar al once inicial. El capitán recuperará su lugar tras cumplir la sanción automática y reemplazará a Mikel Amondarain, expulsado ante Rosario Central. Desde allí, el resto del equipo parece estar definido, aunque el deté dejó una puerta entreabierta en ataque.
Durante la práctica matutina, Domínguez probó algunos minutos con Fabricio Pérez y Joaquín Tobio Burgos en lugar de Edwuin Cetré y Facundo Farías. Aunque no habría cambios de arranque, el ensayo funcionó como un aviso: si el funcionamiento arriba no responde, habrá movimientos rápidos. Con todo, la base del equipo sería: Muslera; Gómez, Núñez, González Pírez y Arzamendia; Ascacíbar, Piovi, Medina; Palacios, Farías y Cetré.
El momento más sorpresivo de la mañana se dio poco antes de la salida del micro rumbo al aeropuerto. Juan Sebastián Verón, sancionado por AFA con seis meses de suspensión de toda actividad futbolística, apareció por un acceso secundario y se reunió con el plantel y el cuerpo técnico. En un mensaje breve y emocional, agradeció el esfuerzo del equipo, expresó su respaldo absoluto y les pidió que salieran a jugar “sin condicionamientos”, pese al contexto que rodea al club.
La sanción de AFA desató un terremoto: suspensión de dos partidos para los once futbolistas que se pararon de espaldas en el polémico pasillo frente a Rosario Central, prohibición de portar la cinta para Santiago Núñez por tres meses, y una multa equivalente a 4000 entradas para la institución. Todo en medio de acusaciones cruzadas, tuits explosivos y un clima político al rojo vivo.
Verón, horas antes, ya había hecho su descargo público: “Sobre mi persona me río, pero lo grave es la amenaza a una institución. La bajeza de advertir que Estudiantes la va a pasar mal el año que viene me llama la atención. Vamos a tener que estar atentos”, lanzó en una entrevista radial.
Con la tensión en el aire y una final adelantada por delante, Estudiantes aterriza en Santiago sabiendo que no hay mañana. Entre guerra externa y silencio interno, el Pincha buscará dar otro golpe y avanzar a semifinales en plena tormenta
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