Estudiantes volvió al triunfo después de 12 partidos, pero el foco no quedó en la cancha. La victoria 2-1 ante Huracán en UNO, con una gran noche de Edwuin Cetré, sirvió para cortar una racha negativa, pero también para que Eduardo Domínguez rompiera el silencio y apuntara con dureza hacia adentro.
“Pensé que hoy me iba yo… Daban por hecha mi renuncia indeclinable”, disparó el entrenador, todavía caliente. Su declaración dejó en evidencia una interna que ya no se puede disimular: según Domínguez, alguien desde la propia estructura del club alimentó el rumor de su salida.
“No me siento atacado, pero me molesta cuando mienten. Nunca estuvo en duda mi continuidad”, remarcó el DT en conferencia de prensa. Y lo más picante vino después: “Cuando se quiere instalar algo, yo ya sé que no lo instala la prensa. Alguien se lo tiene que decir a la prensa”, sugirió con ironía, dejando entrever que desde la dirigencia del club se filtró la versión de su inminente renuncia.
“Hasta el día que venga la Secretaría Técnica, Agustín, Marcos o Sebastián y me digan Hasta acá. Yo mal al club no le quiero hacer”, aseguró. Luego, agregó: “Nunca estuvo en duda, dijeron que yo tomé una decisión, es mentira. No me siento atacado, me molesta cuando mienten”, insistió.
Puertas adentro cayó como una bomba. Juan Sebastián Verón, presidente de Estudiantes, no emitió palabra, pero tomó nota. La frase de Domínguez fue interpretada como una acusación directa: dejar entrever que alguien dentro de la dirigencia opera hacia afuera para desgastar al cuerpo técnico tensiona aún más una relación que ya estaba erosionada.
El triunfo, entonces, fue apenas un paréntesis. Estudiantes arrancó abajo con un gol de Fabio Pereyra, fue silbado por su gente, pero lo dio vuelta con una chilena de Cetré y una asistencia suya para Alexis Castro. También terminaron expulsados Tiago Palacios y Sequeira, en un final caliente.
El resultado trajo alivio en la tabla, pero no resolvió el conflicto. El equipo volverá a entrenarse esta semana de cara al próximo compromiso por el torneo, con Domínguez todavía en funciones, pero con un clima interno en ebullición.
El DT fue claro: “Estoy donde quiero estar. Elijo estar acá. Hasta que me lo digan, sigo”. Ganó, pero dejó un mensaje que sonó más fuerte que el silbato final. En Estudiantes, el fuego sigue encendido.
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