Oklahoma City Thunder es el mejor equipo de básquet de la NBA ya que anoche, a última hora, derrotó al cabo de siete encuentros a Indiana Pacers por 103 a 91 y terminó festejando.
El envión anímico que significó para Indiana ganar el sexto juego para forzar la definición se detuvo cuando se jugaban apenas cinco minutos con cinco segundos del primer cuarto. Es que, allí se vio la primera imagen dramática del encuentro.
El reloj marcaba que faltaban 4:55 minutos para que terminara el primer cuarto del séptimo y decisivo juego, cuando el base de Indiana, Tyrese Haliburton, cayó al piso y se agarró el gemelo derecho en un claro gesto de dolor.
La manija de los Pacers arrastraba una molestia en la zona, pero esta lesión fue visiblemente más grave: el hombre que lleva el 0 en su camiseta, cayó desplomado cuando intentaba eludir a un rival. La imagen que siguió lo dice todo: con el gesto en su rostro que demostraba un gran sufrimiento, Tyrese empezó a golpear el suelo al borde del llanto. Haliburton se fue al vestuario ayudado por dos auxiliares y sin poder pisar.
Indiana intentó honrar a su líder y se fue al vestuario 48-47. Pero a la vuelta las cosas cambiarían.
El local empezó a ganar el partido en el tercer cuarto. Después de superar a la visita en el marcador, Jalen Williams recuperó una bola, penetró la defensa y anotó entre los gigantes de los Pacers para poner el partido 56-54. Fue el inicio del fin para los del Este.
Los Thunder empezaron a escaparse. A esa altura, Alex Caruso ya había anotado 18 puntos y Shai Gilgeous-Alexaner 22 para llegar a los 25 con un triple. Ahí nomás venía Legntz Dort con 19. Para colmo, Chet Holmgren, el flacucho de dos metros 16 estaba impasable y metió cinco tapas.
De este modo, Oklahoma terminó festejando.
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